No sé si quererte
o luchar contra este enemigo sin nombre
que con la fuerza de su ejercito
intenta abrirse camino en mi pecho.
Si soplar la llama
de una vela traicionera
que no se apaga.
Y seguir soplando
hasta extinguir la luz
con la que irrumpiste
en mi oscuridad.
No sé si echar candados y llaves
si bloquear las entradas y salidas
si levantar murallas
y no ver más horizontes que los bloques
y no conocer más frontera
que los miedos.
No sé si negarlo
o aceptar
que ya sabía de que iba el juego
antes de empezar.
No sé si quedarme en tierra
o partir hacia alta mar
y navegar sin rumbo.
Si cuidar mis alas
manteniendo un tesoro
o echar a volar
y lucirlas,
y desgastarlas en el aire
hasta que agoten su polvo de hadas.
No sé si abandonarme
al amor y al dolor
y descansar.
Porque hay veces
que siento que estoy cansada
de tanta guerra
de tanta batalla
de tanto luchar sin ganar,
de tanto luchar sin perder.
De tanto luchar para evitar una lucha.
Sin saber lo que es ganar
y sin saber lo que es perder.