Me siento
como quien camina por el borde
de un precipicio
y sabiendo que puede caer
mira al suelo.
Mira al suelo,
y ve que la caída
sería el no puedo de un suicida
el beso a la vida de un enamorado.
El lado bueno
de quien emprende el vuelo
y tiene alas para mantenerlo.
La adrenalina de quien no teme un tornado
quien ve al tornado como una bailarina
que no se cansa de dar vueltas
sobre sí misma
y se suma al baile.
Se suma al baile
porque prefiere un vals
con la muerte
a correr la suerte que tienen
aquellos que se enfrentan
a su ego.
Me sumo al baile
para juntos ser tormenta
y estar alerta para que nadie
nos pise el ego.
Ni tu a mi
ni yo a ti.
Que con esto de ir
cuesta abajo y sin frenos
me entra miedo,
miedo a que de ser tormenta
la tormenta me alcance
y que nada me salve de volver al suelo.
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