Querido lector:
¡Qué caprichoso es el destino! Resulta que esta vez ha decidido que por casualidad te encontraras con mi blog. Probablemente le darás a la flecha de atrás y te olvidarás hasta de que has entrado aquí, pero si por alguna razón decides hacer caso a esa fuerza invisible que te trajo hasta mí, y seguir leyendo, sólo puedo darte las gracias por ser los oídos que me escuchen, y los ojos que me lean. Espero poder llegar a tocarte el corazón, pero si no por lo menos deseo que disfrutes de esta visita. Quién sabe, a lo mejor tenemos más en común de lo que te imaginas, y te invito a que te sumerjas en este mar de letras que te vas a encontrar.

domingo, 6 de diciembre de 2015

Miedos

Perdería todos los trenes del mundo
por encadenar el tiempo a tus labios
que los besos sepan a minutos eternos
y pueda agarrar los segundos con mordiscos.
Rompería el silencio
con la fuerza de cien huracanes
gritando cuanto te quiero
Irrumpiría en tu vida
con la fuerza de cien mareas
golpeando en las rocas.
Como hiciste tú en mi corazón.
Daría mi ser
por enseñarte lo que soy.
Y las hojas de otoño
tiemblan de miedo antes de caer,
y me siento temblar
por la llegada del frío
de un invierno tan cálido
que se llama amor.
Como un pájaro con vértigo
en su primer vuelo.
Como un esclavo que
por primera vez
saborea la libertad.

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