Que de la boca broten las palabras
con la fuerza de una avalancha
de resentimiento.
Que las balas sean de ira
de rabia contenida
y agua salada.
Que lluevan puñales envenenados
y agua salada.
Que se claven,
que sangren de dolor
y agua salada.
Y que se curen las heridas
con agua salada.
Que el fuego de un rencor
del odio o el amor
sea vida,
y que no haga frío
en invierno,
porque si lo hace
no recuperará un verano.
He visto mil almas perderse
en un eterno invierno
llamado Guerra Fría.
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